Qué es el aislamiento térmico y por qué mejora al hogar:
El aislamiento térmico en paredes consiste en incorporar materiales especiales que evitan la pérdida o entrada de calor a través de los muros de una vivienda. Es una solución eficaz para mejorar el confort en el hogar y reducir el consumo energético, tanto en invierno como en verano.
Aplicar aislamiento térmico en las paredes permite:
- Ahorrar en la factura de calefacción y aire acondicionado, ya que se necesita menos energía para mantener una temperatura agradable.
- Mantener una temperatura más estable en todas las estancias, evitando cambios bruscos de calor o frío.
- Reducir la aparición de humedad o moho, especialmente en zonas frías o mal ventiladas.
- Mejorar el aislamiento acústico, si se utilizan materiales que también bloquean el sonido.
Este tipo de aislamiento puede instalarse tanto en el interior como en el exterior de la vivienda, y existen opciones que no requieren obras, lo que lo convierte en una mejora accesible y de gran impacto.

Cuál es el mejor para paredes según tipo de casa y dinero:
Elegir el mejor aislamiento térmico para paredes no es cuestión de un único producto, sino de encontrar la solución más adecuada según tus necesidades: tipo de pared, presupuesto, espacio disponible y si además necesitas aislamiento acústico.
A continuación, te mostramos una tabla comparativa con los materiales más utilizados y sus características clave:
Material | Aislamiento térmico | Aislamiento acústico | Espesor recomendado | Ideal para | Precio aprox. por m² |
---|---|---|---|---|---|
Lana mineral | Excelente | Excelente | 6 – 10 cm | Viviendas con ruido y clima frío | 45 – 70 € (con instalación) |
EPS / XPS | Muy bueno | Bajo | 3 – 6 cm | Paredes con poco espacio disponible | 35 – 60 € (con instalación) |
Celulosa insuflada | Bueno | Medio | Depende de cámara | Muros con cámara de aire | 20 – 35 € (con instalación) |
Pintura térmica | Bajo | Nulo | – | Solución económica sin obras | 5 – 10 € (solo material) |
Productos recomendados por Resolvio:
Tipos de aislamiento térmico para paredes: Cuál elegir
Aislar las paredes interiores de una vivienda es una de las formas más eficaces de mejorar el confort térmico y reducir el consumo energético, especialmente en pisos o viviendas donde no se puede intervenir en la fachada exterior. Con Resolvio estás a segundos de tener en contacto a un profesional a tu disposición.
Existen tres métodos principales para hacerlo, cada uno con ventajas, limitaciones y precios distintos. Aquí te los explicamos con detalle pero siempre tienes la ventaja de contar con un experto empresa de reformas:
Paneles rígidos o semirrígidos (lana mineral, XPS, EPS)
Qué son: Placas de materiales aislantes que se colocan sobre las paredes y luego se cubren con pladur u otro revestimiento.
Materiales más usados:
- Lana mineral o de roca (excelente aislamiento térmico y acústico)
- Poliestireno extruido (XPS) o expandido (EPS)
- Paneles de poliuretano
Ventajas:
- Alto poder aislante
- Larga durabilidad
- Buen comportamiento acústico (especialmente la lana mineral)
Inconvenientes:
- Requiere algo de obra
- Reduce el espacio útil interior (5 a 10 cm)
Aislamiento insuflado (sin apenas obra)
Qué es: Consiste en introducir material aislante dentro de la cámara de aire de la pared mediante pequeñas perforaciones.
Materiales habituales:
- Celulosa natural
- Lana mineral en copos
- Perlas de EPS (poliestireno expandido)
Ventajas:
- No requiere obra visible
- Rápida instalación (1 día)
- Económico y eficiente si hay cámara de aire
Limitaciones:
- Solo funciona si el muro tiene cámara de aire
- No mejora el acabado interior
Pinturas térmicas y soluciones sin obra
Qué son: Pinturas con componentes cerámicos que reflejan la radiación térmica, mejorando la sensación de confort.
Ventajas:
- Muy fáciles de aplicar (como cualquier pintura)
- Precio accesible
- Sin obra ni molestias
Limitaciones:
- Efecto aislante limitado (no sustituyen a un aislante real)
- No mejoran el aislamiento acústico
Se puede combinar este material y acústico en paredes:
Si lo que buscas es una solución completa para mejorar el confort de tu vivienda, es posible aislar una pared tanto térmica como acústicamente al mismo tiempo. No necesitas elegir entre una cosa u otra.
Cómo se logra
Existen materiales que cumplen una doble función, es decir, que aíslan del frío y del calor, y además reducen el ruido exterior o entre estancias. Los más recomendados son:
- Lana de roca
- Lana mineral
- Espumas acústicas con propiedades térmicas
Estos materiales absorben el sonido gracias a su estructura porosa, y a la vez tienen una baja conductividad térmica, lo que impide el paso del calor o del frío y si necesitas cómo reformar una casa vieja con poco dinero, tenemos el contenido ideal para ti.
Cuándo conviene usar este tipo de aislamiento
Combinar aislamiento térmico y acústico es especialmente útil en:
- Dormitorios o salones que dan a calles ruidosas
- Paredes que compartes con vecinos (en pisos o dúplex)
- Habitaciones de trabajo o estudio donde se necesita concentración
- Viviendas en ciudades con mucho tráfico o bares cercanos
Beneficios dobles con una sola inversión
Con este tipo de aislamiento logras:
- Un ambiente más silencioso y relajante
- Temperaturas interiores más estables durante todo el año
- Ahorro energético, al reducir la necesidad de climatización
- Menos molestias por ruidos de vecinos, tráfico o ascensores
Beneficios reales de tener paredes con aislamiento térmico:
Invertir en el aislamiento térmico de las paredes no solo mejora el confort en casa, también tiene un impacto directo en el ahorro energético y en la calidad de vida. Estos son los beneficios más destacados que notarás desde el primer momento y lo mejor descubre las ventajas de conectar con un profesional o empresa:
- Ahorro en la factura energética: Al mantener mejor la temperatura interior, necesitas menos calefacción en invierno y menos aire acondicionado en verano. Según el IDAE, el ahorro puede superar los 400 € al año en una vivienda media.
- Temperatura más estable todo el año: Las estancias se mantienen más cálidas en invierno y más frescas en verano, sin cambios bruscos ni sensación de pared fría.
- Mayor confort y habitabilidad: Se reducen las corrientes frías, la sensación de humedad y se crea un ambiente más agradable en toda la casa.
- Menos problemas de humedad o moho: Un buen aislamiento térmico evita condensaciones en las paredes, lo que ayuda a prevenir manchas, moho y malos olores.
- Revalorización del inmueble: Una vivienda bien aislada mejora su calificación energética, algo que influye directamente en su valor de mercado y en la rapidez de venta o alquiler.